¿Tiene sentido hablar de hallazgo o descubrimiento bibliográfico cuando un libro se encuentra perfectamente descrito e inventariado por los bibliotecarios que lo custodian? Supóngase, además, que el catálogo sea accesible en línea desde cualquier parte del mundo y en cualquier momento. La respuesta es, desde luego, un claro y rotundo no. Ocurre, sin embargo, que la ficha catalográfica tarda a veces en llegar a los ojos del especialista que debe evaluarla y relacionarla con otras fichas semejantes, otorgándole, por fin, sentido.
Así comienza un breve pero interesante trabajo (un apetitoso bocado de una investigación en curso) de Pedro Martín Baños en el n. 63 de Avisos (enero-abril de 2011), el boletín que publica dos veces al año la Real Biblioteca. Bajo el título "Noticia de un ejemplar único de la Grammatica de Nebrija en la Biblioteca del monasterio de las Descalzas Reales (Granada, 1540, edición escolar)", Martín Baños nos sitúa una edición de la Grammatica, que hasta el momento había pasado desapercibida a los investigadores, en el periplo editorial de los textos nebrisenses. Este ejemplar granadino, en cuarto
no solamente importa por haber pasado inadvertido, sino también por ser el primer testimonio acreditado de la serie granadina en cuarto de la Grammatica, que como decimos debió de comenzar en 1534. En un prólogo datado el 1 de noviembre de este año, que se reimprimiría en buena parte de las ediciones posteriores –incluida la de 1540– Sancho de Lebrija proclamaba el orgullo de haber recuperado el derecho a editar la obra de su padre, y reivindicaba el esmero con que su empresa, creada ad hoc, se aprestaba a hacerlo. Se terminaba, así, a decir de Sancho, la incuria y dejadez con que impresores anteriores habían acometido la publicación del Antonio. En el fondo, esta apelación a la pureza textual de la Grammatica era un mero reclamo comercial, pero es justo reconocer que si las ediciones nebrisenses impresas en Granada destacan por algo es por su limpieza y elegancia tipográficas. Una razón añadida para ponderar el ejemplar de las Descalzas Reales que ha merecido este apresurado comentario.
MJGF
Agradecemos a Pablo Andrés, de Patrimonio Nacional su colaboración.
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